Siempre
cuando viajé, había escuchado a los estadounidenses, los chilenos, algunos
dominicanos y mexicanos; acerca de los “Padres de la patria”, quienes fueron
valerosos compatriotas, que consolidaron la idea de una patria libre; en nuestro
caso sería el gran General Don José de San Martín, quien nació en el virreinato
del río de La Plata, actualmente la república Argentina. Pero en todos los
países antes mencionados, sus respectivos padres de la patria, nacieron en el
mismo suelo de donde son ahora reconocidos como “Padres de la patria”,
O’higgins fue chileno, el padre Hidalgo fue mexicano, Bolívar fue venezolano,
Washington fue estadounidense, etc.;
mientras que en el Perú, el Gran general que nos dio la independencia,
fue más argentino que el tango; pero en nuestro país, que a veces se cometen
huachafadas, se les considera como “Padres de la patria” también, a nuestros nefastos
congresistas, ni más ni menos.
Yo
pregunto, no es mejor comenzar a dejar de llamarlos “Padres de la patria” a
estos impresentables sujetos, y comenzar a llamar a los Grau, a los Bolognesi,
a los Cáceres, a los Ugarte o a los Quiñonez, como “Padres de la patria
peruana”. Ósea estamos tan jodidos, que no
le decimos padre de nuestra patria al gran “Caballero de los mares” Don Miguel
Grau Seminario, quien fue elegido unánimemente (prácticamente fue así), como el
“Peruano del Milenio”; y si le hemos denominado como tal a (que en paz
descanse) Enrique Chirinos Soto, que más se asemejaba al “Señor de los bares”. No
le hemos llamado así al Gran Coronel Francisco Bolognesi, quien prefirió morir
en batalla de manera heroica, quemando el último cartucho de su revólver
calibre 12 mm; pero sí le llamamos al aprista Velázquez Quesquén, que prefirió
quemar la última bala de su cartucho con una portentosa brasilera, nada más y
nada menos que con el dinero de los viáticos que le pagó el estado.
O no
llamamos padre de la patria, al valeroso Comandante Alfonso Ugarte quien cogió
la bandera nacional, para no ser obtenida por el enemigo como trofeo de guerra,
al final se despeñó en el morro de Arica, para terminar cayendo al abismo; pero
si llamamos así, al care’ plato de Kenji Fujimori, que cogió el estandarte de
su perro “puñete”, para despenar (disculpen me comí la Ñ) a su perro, dejándolo
caer abatido por tal desgaste de energía; o no llamamos madre de la patria a
Doña Maria Parado de Bellido, quien fue torturada vilmente, para soltar
información militar peruana, pero ella soportó la tortura y terminó fusilada
sin decir ni una sola palabra acerca de las fuerzas peruanas, y si lo hacemos a
Martha Chávez, quien es capaz de ser torturada, por defender los malos actos
que Alberto Fujimori cometió durante su trágico segundo gobierno.
En fin, no
quería hacer mala sangre con estos personajes de pacotilla; lo que si tenía
como intención, como siempre, es de hacernos recapacitar acerca de los buenos
valores, que gente como los héroes de la guerra del pacífico, nos dieron de
ejemplo; el de defender y querer a nuestra maltratada patria, para hacerla
grande como se merece; y rechazar e ignorar los malos ejemplos de
sinvergüencería y poca ética, que nuestros congresistas nos dan. Recuerda que
mañana vas a huevear rico gracias a muchos de estos héroes, bueno también
agradecerle a Ollanta, por hacer de este fin de semana, otro largo “Weekend”
como el acostumbra.
Este 8 de
Octubre, recordemos las buenas acciones y ejemplos de nuestros valerosos héroes,
esperemos que cada vez salgan más de ellos, y algunos de esos se animen a
conducir nuestro Perú, y dejen de lado a nuestros usualmente impresentables
congresistas.
Gracias Don
Miguel Grau, hoy me acuesto tarde gracias a ti………
Jorge
Horna……!
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