Quiero comenzar aclarando, que este escrito no se refiere a
la famosa película peruana que lleva de nombre “La Teta Asustada”, más bien se
refiere a un mal que aqueja al mundo
desde hace mucho tiempo, y que viene inquietando a la sociedad peruana en los
últimos años; muchos de nosotros estamos actuando ante esto de una manera
normal si se podría decir, aunque incorrecta a la vez; la xenofobia proviene de
dos vocablos griegos, Xenos (extranjero) Fobos (miedo), ambos vocablos juntos
significan “miedo a los extranjeros”; y es que eso está pasando en el Perú,
existe un miedo ante la ola migratoria venezolana.
En realidad las migraciones se han dado toda la vida, y no
hay registro de que algún país que haya sufrido este fenómeno social (incluso
en mayor medida que nosotros) haya caído en una crisis económica angustiante
por culpa de ello; voy a citar ejemplos que he conocido en mis encuentros con
personas de otras nacionalidades. Conozco un caso real que quiero citar, esto
me fue contado por el mismo protagonista, una familia alemana que les hice un
servicio turístico por el centro de Lima, el padre de ellos tiene una empresa
de manteamiento, realiza trabajos de gasfitería, pintura, electricidad, etc.,
su empresa ocupa en un 90% a inmigrantes turcos (mayoría migrante en Alemania) ,
debido a que normalmente este trabajo no es tomado por alemanes; el éxodo de
habitantes del país Euro árabe a su patria, le beneficia a este caballero y a
muchos más, que ofrecen empleos de esta índole, y que no encuentran mano de
obra habilitada en sus compatriotas.
Podríamos mencionar a los Estados Unidos, que se benefició
de los inmigrantes, ocupándolos en sus múltiples industrias que necesitaban
mano de obra en cantidad de manera urgente durante más de 40 años, época en que
la economía americana se hizo poderosa a costas de mano de obra migrante; es
más, existe un informe de la revista Harvard Business Review que dice que el
30% de emprendedores en USA son
inmigrantes y que más de la mitad de estas empresas facturan más de 1
millón de dólares anuales, es decir de seguro crean más oportunidades de
trabajo para otros; otro ejemplo se manifiesta en la escases de personal médico
en el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra (NHS), esto lo sé porque conocí
muchos médicos de nacionalidad india que trabajaban en Inglaterra, al darme con
la sorpresa que conocía muchos de ellos que trabajaban en la isla británica,
pregunté y me informaron que existía un sistema especial de visado para médicos
con buenas referencias para ocupar los puestos en el NHS; no nos olvidemos también
que Francia ganó la copa del mundo de 2018, con hijos de inmigrantes africanos
en su mayoría.
Quizá sea bueno citar ejemplos más cercanos a nuestra
realidad; pues déjenme decirles que cuando entras a un supermercado y eliges un
excelente vino argentino, detrás de esa botella de vino, hay miles de
inmigrantes bolivianos que participaron durante todo el proceso de producción
vitivinícola; es muy probable que si no hubiera existido una masiva migración
boliviana a la Argentina, las marcas de vinos argentinos hubieran tenido
problemas para satisfacer la gran demanda que tiene su producto en el mundo. De
la misma manera podemos citar la intensiva
migración peruana a Chile, y creo que no es necesario mencionar que en
un fin de semana normal, la gran mayoría de chilenos concurren masivamente a
restaurantes peruanos, lo cual ha generado un gran impacto económico en el país
vecino, además que seguramente ofrecen puestos de trabajos a varios chilenos
también.
Seguramente la migración de venezolanos a Perú, ha generado
un miedo de competencia laboral, lo cual es normal en cualquier parte del
mundo, pero a mi opinión el problema no es ese; creo que nuestras autoridades
deberían de crear políticas de migración que regulen esta y que beneficien al
país, quizá generar incentivos a médicos y/o profesores, que pudieran aportar
mano de obra en zonas donde escasean doctores y educadores en el país, como se
hizo en Inglaterra que se benefició de la migración en su sistema de salud
pública, o como se hizo en Estados Unidos y/o Argentina, aprovechando la mano
de obra migratoria en industrias que generan inmensas divisas para el país.
Recordemos que alguna vez nuestro ministerio de relaciones exteriores, registró
más de 90 mil peruanos en Venezuela.
No aborrecerás al egipcio, alguna vez fuiste extranjero en
su tierra….Biblia (Deuteronomio 23,7)
Jorge Horna!