Siempre se escucha, que cuando uno se aleja de su patria,
llega a valorarla más que el resto de personas que permanecen en ella; quizá
sea muy cierto, yo tuve la oportunidad de estar alejado de mi país por mucho
tiempo, y creo que es cierto que de lejos te enamoras más de él. Ese
sentimiento de nostalgia y añoranza, se acrecienta hasta su punto máximo en una
fecha en especial; pues esa fecha, no es más ni menos que el 28 de Julio.
Recuerdo que mi primera salida del Perú fue un 8 de Julio de
1999, el barco donde llegué estaba lleno de peruanos, muchos de ellos eran
marinos “ranqueados” o viejos lobos de mar como se les llama; me embarqué un
sábado 10 Julio exactamente, a pocas semanas de las fiestas patrias; en la
primera semana conocí a los tíos Ramos y Sotil, quienes eran marinos viejos,
que tenían muchos años en los barcos cruceros; ellos me dijeron que para las
fiestas patrias, se venía una buena comilona perucha, con sus respectivas
chelas y obviamente música peruana .Bueno llegó la noche del 28 de Julio, ese
día visitábamos la isla francesa de Martinica (quizá el lugar en el mundo, con
las morochas más bellas del planeta); la fiesta estaba prevista para empezarla
a las 10 pm, en el comedor de los oficiales de grado menor o Petit officers
como se le llamaba allá.
Recuerdo que entré al salón, rápido cogí una Heinneken y fui
a servirme un poco de lomo saltado, el salón se iba llenando mientras se
escuchaba música criolla de fondo, como debía ser; pero esa noche, hubo un
momento en el cual me sentí más patriota que nunca, más patriota que cuando
cantaba el himno en el colegio, más que cuando atraparon a Abimael, o incluso más
que cuando el Chorri mostró su polo “Te amo Perú” después de su golazo contra
Paraguay; estábamos todos reunidos en el salón, y de pronto alguien levanta el
volumen de la música, se escuchó una guitarra que sonaba así, TATAN TATAN TATAN
TARAN como 4 veces, acompañada perfectamente de un seco sonido de cajón
afroperuano, todos quedaron como callados, luego una melodiosa voz empezó
diciendo “cuando despiertan, mis ojos y veo, que sigo viviendo, contigo Perú”,
en ese momento que estaba lejos, me hizo sentirme cerca del país; luego se
escuchó “emocionado, doy gracias al cielo, por darme la vida, contigo Perú”,
miraba los rostros del resto para imaginarme el mío, y era de dicha y regocijo,
tal vez por haber nacido en esta hermosa tierra, luego escuché otra estrofa “
eres muy grande, lo seguirás siendo, pues todos estamos, contigo Perú” en ese
momento miré al paisano de al lado y le mostré la lata de chela para brindar;
luego se escuchó a todo pulmón la gran estrofa “sobre mi pecho llevo tus
colores, y están mis amores, contigo Perú, somos tus hijos y nos uniremos, y
así triunfaremos contigo Perú”, en ese momento la piel se me erizó, y sentí un
gran palpitación dentro de mí, unos juntaron sus latas de cerveza, otros se
abrazaron diciéndose feliz 28 paisano, uno novato como yo, hasta hizo puchero;
y luego todo el salón junto, a una sola voz, entonaron el coro “Unida la costa,
unida la sierra, unida la selva contigo Perú”, todos comenzaron a cantar a viva
voz, más de 20 cuellos mostraron sus venas, la mayoría abrazados con la mano
alzada como brindando con el país; fue maravilloso, me sentí más peruano que
nunca, hasta que llegó el momento más emotivo, que decía así “Te daré la vida y
cuando yo muera, me uniré en la tierra contigo Perú”, en ese momento, los
pucheros aumentaron, el chibolo del puchero, se ahogó en lágrimas, el tío plomo
quien eras más seco que garrapata de peluche, estaba más emocionado que testigo
de Jehová cuando le abren la puerta, todos estaban embriagados de peruanidad;
ese día sentí que, cuando estas lejos de tu patria, se siente más la pegada del
patriotismo, las sensaciones de fervor nacionalista afloran como nunca; noches
patrioteras como esas, tuve varias a bordo de los barcos cruceros, quizá ya con
los años la sensibilidad no se muestra tanto, pero ese sentimiento de orgullo
siempre está allí a flor de piel.
Ya para terminar, quiero agradecer al gran Augusto Polo
Campos, por haber compuesto canciones como las que escribió, canciones que son
casi himnos nacionales, que hizo estremecerme de emoción más de una vez, que
hizo acordarme de dónde vengo y quien soy, que me hizo hablar de mi país con
orgullo ante los extranjeros, que me hizo amar un poco más a mi patria, que me
hizo extrañarla más de lo que ya lo hacía, con solo escuchar las hermosas
estrofas creadas por su talento.
Y se llama Perú con P de Polo Campos, gracias maestro……….
Jorge Horna!