Todos los que me conocen, saben que gusto del rock; desde lo
“heavy” como AC/DC o Deep Purple,
pasando por lo “glam” como Guns o Bon Jovi, inclusive hasta lo clásico como
Beatles o Queen; pero cuando llegué a
trabajar en los cruceros, hubo un género musical que también me llego a
influenciar mucho, es un género que insólitamente impactó en el mundo por solo
una banda, la cual impulsó esta corriente musical y la hizo famosa; tanto así
que desde hace muchos años, antes que me integre a la industria
recreo-marítima, yo ya había escuchado de este grupo y su genial líder; me
refiero al soberbio Bob Marley y su banda The Wailers.
Cuando llegué al barco Fascination (primer contrato), mi
trabajo era en la piscina del crucero, tenía que limpiar toda esa área, con 3
compañeros más; el primer día de mi primer crucero, era un domingo, estábamos realizando nuestras labores, cuando en
eso llegaron 4 morenos rastas, cada uno con instrumentos musicales, eran el grupo musical
de la piscina, se llamaba “Dragon Rasta”, luego de unos minutos que llegaron,
empezaron a tocar; la primera canción me encantó, era la canción Jammin’, esta
canción siempre es la primera en todas las tocadas; ya que esta palabra, que no
tiene traducción en ningún idioma, significa algo como una reunión de buenas
personas que quieren pasarla bien; y señores eso es el Reggae, música con mucho
espíritu, que además de complacer tus sensaciones sonoras, busca que todos la
pasen bien.
En mi primer contrato, la música de Bob Marley sencillamente
me cautivó , inclusive me compré el CD “Legend” con los mejores éxitos; pero lo
mejor me pasó en el segundo contrato, llegábamos a Ocho ríos, Jamaica,
trabajaba en la cubierta Riviera con un peruano llamado Rafael, al costado de
nosotros trabajaba Bennie de Nicaragua, era un fanático del Reggae, y que había
nacido en Jamaica, pero por la situación de la guerra civil política en los 80’s,
su familia partió a Nicaragua, donde tenían familiares y se asentaron en una
isla nicaragüense llamada Corn Island (la isla del maíz). Bueno, el asunto es
que Bennie, se hizo nuestro pata, cuando llegamos a Jamaica, en tres
oportunidades salimos con él; una de ellas fue a un bar reggae, donde nos contó
acerca de la filosofía Rastafari, se dice que es una filosofía que piensa que
África es el paraíso terrenal, y que el uso de la marihuana es para meditar y
revelar la presencia divina que vive en nosotros; lo mejor fue el concierto que
quedaba a 8 cuadras del puerto, se presentaba Bunny Livingstone y muchos
más, él es el único sobreviviente de la
gran trilogía Wailer, junto con Bob y Peter Tosh; escuché en vivo de la voz de uno de los
grandes del reggae, clásicos como I Shot the Sheriff y Get up stand up; aprendí
saludos rastafaris como el de golpear con los puños de arriba hacia abajo y
terminar con un golpe de puño a puño frontal, diciendo las palabras Peace, Love
and Respect man (paz, amor y respeto hombre) las cuales son palabras básicas de
la filosofía Rastafari, aprendí lisuras, palabras claves y jergas en el Patois
jamaiquino, y otras cosas que las guardo en mi baúl delos recuerdos.
Nunca pude ir a la tumba de Bob Marley por razones de
tiempo, y me arrepiento; pero Bennie me dijo que para conocer cosas de una persona
como Bob, tenía que conocer su legado y eso bastaba; un hombre que hizo
conocida una isla del caribe en el mundo entero, que hizo famoso un excelente
género musical que solo era escuchado por jamaiquinos, que acaparó muchos
primeros lugares en listas del mundo allá por los 70’s, un hombre que hizo unir
a su pueblo enfrentado políticamente en una guerra civil, solo con un concierto;
solo para terminar quiero como siempre dejar un mensaje, del mismo Bob: “Las
guerras seguirán, mientras el color de la piel siga siendo más importante que
el color de los ojos”, recuerden que lo ojos son la ventana del alma, Bob fue
sencillamente un gran pensador, que pocos lo reconocen como tal.
Praise Jah,
me a go……..! (Gracias, adios en Rastafari)
Jorge Horna
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