lunes, 12 de enero de 2015

EL VUELTO


Hace muchos meses atrás me encontré con un pata que no lo veía desde hace 18 años, a este compadre lo conocí en la Alianza Francesa cuando estudiaba francés, Oui, J’ai etudié Français………; pero bueno el asunto que este amigo me contó una historia que quise compartir con ustedes para estas fechas navideñas y el cual les dejará un mensaje positivo.
Este chico trabaja como traductor y profesor de inglés y francés, me cuenta que el siempre le gusta ayudar a la gente que necesita, el compare este es buen tipo. Un lunes viajaba en una combi a Miraflores y vio una adolescente que aparentemente había olvidado sus documentos y dinero y no tenia para pagar su pasaje, el se apiadó de ella y le pagó el pasaje, para colmo también se había olvidado el carnet universitario así que pagó como adulto; luego en la tarde hubo un pata que caminaba por la calle con su bandeja de mazamorras, este como que tropezó y toda la bandeja se fue al piso y el hombre que llevaba la bandeja, desconsolado por el acontecimiento se echo a llorar de impotencia como un niño, le dio pena lo que ocurría y le dejó un dinero para que pueda tal vez invertir de nuevo; al día siguiente vio una señora bastante mayor con un niño en brazos por el puente de Javier Prado en frente de la U. de Lima se metió al centro comercial y le compró un six pack de tarro de leche para que pueda alimentar al niño; casi toda la semana  el vio este tipo de casos muy luctuosos y el decidió apoyar a estas personas económicamente;  me siguió contando que al final de la semana, ya viernes, revisó sus finanzas y no tenía mucho dinero para poder salir con su hijo a ver una película que estaba muy deseoso de verla.
Ese viernes el estaba por Surco dando unas clases de inglés particulares, y la verdad se sentía muy triste al no poder contar con ese dinero destinado para la salida con su pequeño, se arrepintió tanto de haber cooperado con esas personas y por unos momentos pensó que el haber sido tan colaborador, bueno y solidario no le sirvió de nada al final, y que al no contar con el dinero para poder disfrutar de manera extensa con su hijo ese esperado sábado le iba a pesar al ver la cara de desilusión del pequeño; mientras el caminaba por la Av. Primavera para tomar su carro que lo lleva a su casa en Pueblo Libre, un amigo de tiempo pasaba con su camioneta 4x4 del año y le paso la voz, su amigo se alegro al verlo y le dijo: Habla compare! Vas para tu casa?  ..me voy al aeropuerto…. te jalo?, el se subió enseguida y se fueron conversando en el camino; ya casi cerca de la Av. La Marina, su amigo recibió una llamada, esta fue para avisarle que el avión se iba a retrasar, así que su amigo le invitó algo de cenar en un no tan barato restaurant de San Miguel, después de la deliciosa cena su amigo le dijo que necesitaba que su hijo reciba clases de inglés ya que era un curso en el que estaba muy mal, el aceptó obviamente y cuando le preguntó qué cuanto cobraba, él le dijo como siempre algo de mas ya que como buen peruano iba a pedir rebaja, pero no, su amigo no le pidió rebaja y aceptó la cantidad de 50 soles la hora, y encima le dijo que lo necesitaba para el sábado ósea al día siguiente por 2 horas.
Cuando él se bajó del auto en la puerta de su casa y después de despedirse, se puso a meditar; él se había gastado durante la semana la suma exorbitante (para apoyar gente en la calle por supuesto) de 40 soles, pero que si sumaba el “taxi”= 25 soles, la cena= 60 soles por persona y las clases=100 soles por las 2 horas, el había tenido de “ganancia” 125 soles y eso sin contar que al gastar más de 100 soles en el restaurant donde cenó con su amigo, le dieron unos vales para entrar a un cine de la ciudad por la mitad de precio para dos personas y con un combo de cancha y gaseosa incluidos. Esto que quiere decir que su solidaridad y buen corazón fueron recompensados, es que esa increíble coincidencia solo puede ser ayuda divina; es que la satisfacción de compartir, de dar sin esperar recibir, de ser agradecido con la vida que te dio las oportunidades de no tal vez, morirte de hambre como el niño del puente de Javier Prado, o perder mucho de lo que tienes como el vendedor de mazamorras, o no contar con dinero para algo que necesitas urgente como la chibola de la combi y muchas cosas más que se pueden apreciar en el día a día en las calles de Lima, la vida siempre te va a pagar de vuelta.
Ahora que se acerca el cumple de nuestro querido Señor Jesús, tratemos de que el cumpleañero se sienta bien con nuestros regalos para él, hagamos algo de buenas acciones con nuestro prójimo, pide disculpas a quien ofendiste o acepta las disculpas del que te ofendió.
Da nomas, que Dios no lo sabe todo, no sabe dar vuelto; el siempre te lo da demás……………!
Feliz Navidad.  

Jorge Horna

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