Hace poco hubo un
terrible incendio en una casona antigua de la plaza 2 de mayo, pase muy cerca
de la zona ese mismo día, me detuve por 5 minutos ya que estaba con la hora
para tomar el metropolitano; pero pude notar el gran desgaste en los bomberos,
la gente amontonada incomodando su desempeño, los habitantes de la casona
incendiada alarmados y algunos hasta llorando por la desesperación de ver como
ese inmenso siniestro vorazmente destruía sus pertenencias, fue la primera vez
que veía un desastre así tan cerca.
La verdad me da mucha
pena las personas damnificadas; pero lo que se me quedó grabado en la mente fue
la imagen de un joven bombero de unos 25 años aproximadamente sacándose el
casco, tirándolo a un lado, agachando su cabeza y apoyando sus manos en sus
rodillas mirando al suelo, denotando el cansancio y agotamiento que ellos
sentían en esos momentos, no solo tal vez por el esfuerzo físico que demanda
esta labor, sino que hay que tomar en cuenta también el infernal calor que
deben de sentir ellos el enfrentarse a este tipo de desastres, sumado al miedo
que deben de sentir de saber que están arriesgando sus vidas y que la muerte
les puede llegar a ellos en cualquier momento. Hace más de 15 años la persona que me embarcó en los barcos cruceros me dijo que tenía que
realizar 2 cursos en la marina mercante: el de supervivencia en el mar y lucha
contra incendios, y déjenme decirles que el examen fue práctico, recuerdo que
nos metieron en 2 contenedores con fuego adentro, había mucho humo y el agua
que goteaba desde el techo era caliente, nos turnábamos para agacharnos para
poder respirar el poco aire que se encontraba desde las rodillas hacia el
suelo, por supuesto el incendio era ficticio y el peligro estaba controlado
pero la verdad todos los que estábamos pasando el examen estábamos muertos de miedo,
los bomberos golpeaban el metal de los contenedores muy fuerte para simular las
explosiones que se originan en un incendio real, de los 6 que estábamos uno
salió corriendo por miedo, los 5 que quedamos pudimos apagar el incendio, salí
recontracagado del susto no les voy a mentir y nunca más lo haría; fueron tal
vez los 30 minutos más largos de mi vida.
Y es que recuerdo que mi
abuelo Santiago Corrales que perteneció a los bomberos durante su soltería me
dijo que detestaba la frase “Pa’ cojudo los bomberos”, la verdad yo antes de
esa experiencia del incendio-examen de la marina mercante me reía de esa frase y pensé que mi abuelo
renegaba por las puras, pero después de ese día comprendí lo que mi abuelo
Santiago sintió muchas veces y lo admiré mucho mas, y esa imagen de un
verdadero bombero abatido por el cansancio que les comente al inicio, me volvió
a hacer recordar que esa frase es una verdadera estupidez; que los verdaderos
cojudos son aquellos que exigían de
manera matonesca el rescate de sus cosas sin saber que estaban siendo ayudados
sin interés alguno, que los cojudos son aquellos que están de sapos
interfiriendo con su sacrificada labor, que el cojudo era yo que estaba cerca
de varias bodegas y no pensé en que pude correr y comprar un par de bidones de
agua y tal vez un par de paquetes de chancays
para que ellos puedan comer algo por mientras, ya que ese incendio los
mantuvo ocupados por más de 6 horas, y con todo el respeto cojudos somos todos
aquellos que hemos usado esa frase como broma estúpida alguna vez, o como yo
que el sábado pasado me gaste 40 lucas por 2 chilcanos de pisco y que eso lo
pude gastar para ofrecer a estos bravos muchachos bebida y alimentos que de seguro
el gobierno ni eso les provee.
Para terminar quiero
saludar a familiares míos como mis tíos Juan Cucalón, Enrique Giraldo, mi
abuelo Santiago Corrales y su hermano Víctor Corrales los 2 últimos que en paz
descansen, valerosos hombres que se dedicaron desinteresadamente a esta labor
sin cobrar ni un sol, el único beneficio que mi abuelo me mencionó es un carnet
especial para no pagar pasajes en el transporte público y nada más.
Solo para terminar
averigüé que etimológicamente la palabra
cojudo proviene del latín “Coleus” que
significa testículo, y que además de significar tonto significa animal no
castrado, si partimos de su etimología y reconocemos su valerosa participación
en la seguridad de la población, pues si mi hermano, “PA COJUDO LOS BOMBEROS”.
El 5 de diciembre se celebra en el Perú el
día del bombero voluntario, haz una chanchita en la familia o en el barrio para
llevarles algo a la estación de tu comunidad, algún día te podrían salvar la
vida, no lo olvides…….!
Jorge Horna.
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