lunes, 20 de octubre de 2014

¿COJUDOS?


Hace poco hubo un terrible incendio en una casona antigua de la plaza 2 de mayo, pase muy cerca de la zona ese mismo día, me detuve por 5 minutos ya que estaba con la hora para tomar el metropolitano; pero pude notar el gran desgaste en los bomberos, la gente amontonada incomodando su desempeño, los habitantes de la casona incendiada alarmados y algunos hasta llorando por la desesperación de ver como ese inmenso siniestro vorazmente destruía sus pertenencias, fue la primera vez que veía un desastre así tan cerca.
La verdad me da mucha pena las personas damnificadas; pero lo que se me quedó grabado en la mente fue la imagen de un joven bombero de unos 25 años aproximadamente sacándose el casco, tirándolo a un lado, agachando su cabeza y apoyando sus manos en sus rodillas mirando al suelo, denotando el cansancio y agotamiento que ellos sentían en esos momentos, no solo tal vez por el esfuerzo físico que demanda esta labor, sino que hay que tomar en cuenta también el infernal calor que deben de sentir ellos el enfrentarse a este tipo de desastres, sumado al miedo que deben de sentir de saber que están arriesgando sus vidas y que la muerte les puede llegar a ellos en cualquier momento. Hace más de 15 años  la persona que me embarcó  en los barcos cruceros me dijo que tenía que realizar 2 cursos en la marina mercante: el de supervivencia en el mar y lucha contra incendios, y déjenme decirles que el examen fue práctico, recuerdo que nos metieron en 2 contenedores con fuego adentro, había mucho humo y el agua que goteaba desde el techo era caliente, nos turnábamos para agacharnos para poder respirar el poco aire que se encontraba desde las rodillas hacia el suelo, por supuesto el incendio era ficticio y el peligro estaba controlado pero la verdad todos los que estábamos pasando el examen estábamos muertos de miedo, los bomberos golpeaban el metal de los contenedores muy fuerte para simular las explosiones que se originan en un incendio real, de los 6 que estábamos uno salió corriendo por miedo, los 5 que quedamos pudimos apagar el incendio, salí recontracagado del susto no les voy a mentir y nunca más lo haría; fueron tal vez los 30 minutos más largos de mi vida.
Y es que recuerdo que mi abuelo Santiago Corrales que perteneció a los bomberos durante su soltería me dijo que detestaba la frase “Pa’ cojudo los bomberos”, la verdad yo antes de esa experiencia del incendio-examen de la marina mercante  me reía de esa frase y pensé que mi abuelo renegaba por las puras, pero después de ese día comprendí lo que mi abuelo Santiago sintió muchas veces y lo admiré mucho mas, y esa imagen de un verdadero bombero abatido por el cansancio que les comente al inicio, me volvió a hacer recordar que esa frase es una verdadera estupidez; que los verdaderos cojudos son  aquellos que exigían de manera matonesca el rescate de sus cosas sin saber que estaban siendo ayudados sin interés alguno, que los cojudos son aquellos que están de sapos interfiriendo con su sacrificada labor, que el cojudo era yo que estaba cerca de varias bodegas y no pensé en que pude correr y comprar un par de bidones de agua y tal vez un par de paquetes de chancays  para que ellos puedan comer algo por mientras, ya que ese incendio los mantuvo ocupados por más de 6 horas, y con todo el respeto cojudos somos todos aquellos que hemos usado esa frase como broma estúpida alguna vez, o como yo que el sábado pasado me gaste 40 lucas por 2 chilcanos de pisco y que eso lo pude gastar para ofrecer a estos bravos muchachos bebida y alimentos que de seguro el gobierno ni eso les provee.
Para terminar quiero saludar a familiares míos como mis tíos Juan Cucalón, Enrique Giraldo, mi abuelo Santiago Corrales y su hermano Víctor Corrales los 2 últimos que en paz descansen, valerosos hombres que se dedicaron desinteresadamente a esta labor sin cobrar ni un sol, el único beneficio que mi abuelo me mencionó es un carnet especial para no pagar pasajes en el transporte público y nada más.
Solo para terminar averigüé  que etimológicamente la palabra cojudo proviene  del latín “Coleus” que significa testículo, y que además de significar tonto significa animal no castrado, si partimos de su etimología y reconocemos su valerosa participación en la seguridad de la población, pues si mi hermano, “PA COJUDO LOS BOMBEROS”.
  El 5 de diciembre se celebra en el Perú el día del bombero voluntario, haz una chanchita en la familia o en el barrio para llevarles algo a la estación de tu comunidad, algún día te podrían salvar la vida, no lo olvides…….!

Jorge Horna.

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