viernes, 21 de septiembre de 2018

PELEA EN LA BIBLIOTECA



En el Perú, hubo confrontaciones entre muchos de sus personajes históricos; recordemos que durante el imperio incaico, Huáscar y Atahualpa se enfrentaron en una guerra civil por el dominio del imperio; en la época colonial, Túpac Amaru quiso rebelarse contra los españoles, pero Mateo Pumacahua, quien aún pertenecía al ejército realista, ayudó a impedir que esta rebelión lograse su cometido; en la segunda mitad de 1800, Nicolás de Piérola se enfrentó muchas veces al entonces presidente Mariano Ignacio Prado, con el objetivo de adjudicarse el poder mediante golpe de estado.
Quizá podemos mencionar muchos más enfrentamientos, pero uno que en verdad quiero resaltar, fue un altercado que no necesitó de un encuentro físico como los anteriores, ni tampoco dañó al país o se resalta alguna traición en particular; esta desavenencia se realizó después de la guerra con Chile, y tuvo como protagonistas a dos bibliotecarios; si, dos bibliotecarios que se enfrentaron verbalmente (como era de esperarse). Estos ilustres caballeros fueron; el gran Ricardo Palma (1883-1912 encargado de la biblioteca nacional) y Don Manuel Gonzales Prada (1912-1918 encargado de la biblioteca nacional).
Ahora ustedes se preguntarán, ¿Qué de importante tiene este enfrentamiento?; pues existe algo anecdótico, que observé cuando me enteré de este pleito; primeramente, esta disputa se originó por una diferencia ideológica, que resume uno de los grandes problemas del Perú. Para muchos Palma era el escritor de la conciencia criolla, ese que con sus famosas “Tradiciones Peruanas” resaltaba lo criollo y excluía lo indígena; es más, se sabe que Palma escribió algunas cartas al golpista Piérola durante la guerra con Chile, donde se expresaba muy mal de los indígenas, usando expresiones como “raza abyecta y degradada”, acusándola de ser la gran culpable de las derrotas en las batallas realizadas en Lima. Mientras que Prada, era un gran defensor del indígena y agudo crítico del estilo de las “Tradiciones Peruanas”; a diferencia de Palma, él sostenía que la improvisación y la irresponsabilidad de los criollos, fue la gran culpable de los fracasos en la guerra con Chile; inclusive, en su famoso discurso en el teatro Politeama en 1888, mencionó que “no conformaban el verdadero Perú, las agrupaciones de criollos que habitaban la franja de tierra situada entre el Pacífico y los Andes”.
 Luego de este preámbulo, viene la parte anecdótica; pues les informo que el famoso  intelectual Gonzales Prada, provenía  de una familia de costumbres coloniales, su padre llegó a ser alcalde de Lima y su madre venía de una familia de antecedentes netamente españoles; mientras que Ricardo Palma, tenía sangre india y negra, su madre era mulata y su padre mestizo; es más, la familia Palma era de origen humilde. Esta es la parte interesante de esta pelea, mientras que un Palma mestizo y de origen humilde, ensalzaba el criollismo y se expresó mal de los indígenas; un Prada de origen aristocrático y sangre española, se convirtió en el más importante defensor del indigenismo en el país y en el más punzante crítico de los criollos peruanos.
Mi intención es no desprestigiar a Ricardo Palma, ni enaltecer a Gonzales Prada;  es más, personalmente admiro mucho a Palma y soy amante de sus “Tradiciones peruanas”, mas no de Gonzales Prada, ni de sus trabajos; inclusive, considero que la frase “el que no tiene de inga tiene de mandinga”, la cual fue dicha por el gran Palma, remarca perfectamente la riqueza cultural y étnica de nuestra nación; mi objetivo, se enfoca más en criticar el repudio a cualquier tipo de raza, sea cual fuere. Si Prada consideraba más peruanos a los indígenas que a los criollos, me parece erróneo, al Perú lo formamos todos los nacidos en este territorio; y si Palma pensó alguna vez que los indígenas no estaban al nivel de los criollos, igual me parece equívoco, cada raza aporta algo positivo en nuestra cultura.
Nuestro país es una exquisita mezcla de sonidos, que se consuman en un melodioso potpurrí que lleva landó, marinera, huayno y música amazónica; también es un apetitoso cóctel de pisco, chichas y masato; y por último es un delicioso buffet que tiene cuy chactado, sopa seca, tallarines verdes, arroz chaufa y tacaco con cecina; dicho esto,  no hay duda que somos un gran conglomerado de sabores, colores y ritmos.    
Nuestras pieles serán diferentes, pero al final todos somos peruanos…………


Jorge Horna!