Una de las grandes historias que me contó una vez mi abuelo
Santiago, fue referente a los Incas, y esta fascinante historia dice así; hubo alguien
llamado Hatun Tópac, quien era el hijo menor del Inca Yahuar Huaca; este
personaje era el hijo menos predilecto de Yahuar Huaca, se dice que era de
carácter irascible y algo libertino; una vez
anunció que el Dios Wiracocha (quien era la deidad máxima de los Incas)
se le habría presentado, nuestro amigo Hatun Tópac siempre presumía que el Dios
Incaico lo habría proclamado como su protegido; esta historia, lo había convertido
en un personaje muy popular en todo el territorio Inca.
A fines de los años 1300, el señorío Inca (esto ocurrió
antes que se convirtiese en un imperio) sufrió una gran crisis política,
durante una cruenta guerra con algunas civilizaciones vecinas, el inca Yahuar
Huaca y sus hijos fueron asesinados; el
único hijo que quedó vivo fue nada más ni nada menos que Hatun Tópac; como era
de esperarse, él fue proclamado Inca, Hatun Tópac fue coronado con la
Mascaipacha (corona incaica) bajo el nombre del Inca Wiracocha, en alusión a su
impactante historia relacionada con el supremo Dios Incaico.
Este Inca Wiracocha, desposó una noble llamada Mama Rumo, con
quien tuvo dos hijos; además, como sabemos los incas también tenían concubinas,
quienes eran como sus segundas esposas (ósea en criollo, Mama Rumo era la firme),
su concubina predilecta se llamaba Curi Chulpi, con quien tuvo un hijo llamado
Urco; el asunto es que Wiracocha estaba súper enamorado de Curi Chulpi, y por
ende su hijo predilecto era Urco. Para seguir con la historia, vale decir que
el Inca Wiracocha fue un gobernante mediocre, él logró anexar solo los señoríos
de Yucay Y Calca; luego de eso, el decidió retirarse de su función
gubernamental, para dejarle una especie de “co-gobierno” a su engreído Urco, al
cual por ende se le llamó Inca Urco; según varios historiadores, este personaje
Inca Urco, es considerado como el peor Inca que existió (cabe resaltar que en
los colegios no se habla de este “Inca”); según un fragmento de las crónicas de
Pedro Cieza de León dice que este individuo, vivió entregado a los placeres y
vicios, casi siempre paraba en lugares de recreo, relacionándose con mujeres de
todo tipo, desde campesinas hasta incluso violar respetables Mamaconas
(sacerdotisas incas), se le veía constantemente ebrio (seguramente con chicha)
y miccionando en la calle; él nunca mostró preocupación por el bienestar de la
civilización Incaica, los nobles incas estaban muy descontentos con su gobierno
y el pueblo lo detestaba enormemente.
Toda esta coyuntura
negativa que generó Inca Urco, fue aprovechado por los poderosos
Chancas, quienes eran los peores enemigos que tenía la civilización Inca; cuando
los Chancas estaban cerca de atacar el señorío Incaico, Inca Urco decidió
retirarse en vez de hacerles frente, lo mismo hizo su padre el Inca Wiracocha
(ese que era el elegido del Dios Inca), la población Incaica sufrió un revés
muy fuerte al saber que sus líderes se retiraban; de pronto algo sucedió, el
hijo menor de Wiracocha con la Coya (esposa principal del Inca) Mama Rumo,
asumió la defensa del pueblo; este personaje que se llamaba Cusi Yupanqui junto
al ejército incaico, derrotaron a los Chancas y los expulsaron del reino, a
partir de ese momento el reino o señorío Inca se convirtió en un Imperio, el
cual fue dirigido por Cusi Yupanqui, quien fue conocido más tarde, como
Pachacutec (el que transforma la tierra) ya que el transformó a un pequeño señorío
en un inmenso imperio.
Ya para terminar, quiero relacionar esta historia con los
que nos pasa en la actualidad; en los últimos 30 años, el Perú ha tenido muchos
Wiracochas y Urcos, ahora que fue prácticamente vacado PPK y que este señor
Vizcarra nos genera un sentimiento distinto al resto; esperemos que así como
después de la tormenta Urco, llegó un sol llamado Pachacutec durante nuestra
etapa incaica, finalmente el Perú pueda disfrutar de un soleado gobierno, ya
que bastantes de los tormentosos hemos tenido.
Ojalá llegue el sol de una buena vez……. El Perú necesita
broncearse…………
Jorge Horna!